lunes, 18 de junio de 2012

DE UNA SOCIEDAD DE LA FURIA A UNA SOCIEDAD DE CONSCIENCIA


Por Luis Ángel Delgado Flores.

Uno de los principales problemas que aquejan a nuestra sociedad actual, es la “VIOLENCIA”, de la cual se ha hablado, escrito y legislado mucho y de la cual tanto se ocupan los diversos medios de comunicación diariamente y que se presenta como una de las principales dolencias que presenta esta sociedad moderna y globalizada que se encuentra enferma principalmente de la mente, que precisamente es una de las consecuencias nefastas de la contaminación social a la que hacíamos referencia en una columna anterior. Este fenómeno actualmente esta experimentado un galopante crecimiento, pero al mismo tiempo se aprecia que existe una respuesta ineficaz e ineficiente por parte del Estado a través de sus organismos competentes, que conlleva a una lógica deslegitimación del sistema de Administración de Justicia, debido a que existe una percepción en la ciudadanía de impunidad a la delincuencia, ineficiencia y corrupción –aspectos que también se configuran como factores agravantes de la problemática- generando una sensación de vulnerabilidad y exposición a la comisión de constantes hechos ilícitos en su contra. Asimismo debemos indicar que la violencia que azota a la convulsionada sociedad actual, tiene como principal manifestación en la “CRIMINALIDAD”, que es un fenómeno social muy complejo, por lo que su análisis y tratamiento requiere necesariamente realizar un observación de nuestro medio fáctico y establecer un diagnóstico social, económico y político antes que uno de carácter jurídico que nos permita tener un panorama completo de la problemática planteada como premisa fundamental para postular propuestas para su tratamiento.

Al respecto, cabe señalar que esta “furia” que se vive tanto en las calles como al interior de los hogares, tiene mucha relación y en gran medida encuentra explicación en el hecho de que nuestra sociedad de hoy, presenta grandes deficiencias por ser una sociedad desigual y discriminadora, contralada por poderosos grupos de poder económico conllevando a una acumulación de grandes cantidades de riquezas en pocas manos, en tanto que muchos se encuentran relegados en oportunidades en salud, educación, vivienda, trabajo, recreación, etc. Además de ello tenemos que los grupos dominantes, son quienes imponen a escala global, al resto de sociedades sus pautas sociales, culturales, políticas y económicas, estableciendo su propia lógica de la realidad, reproduciéndola en las leyes y usos culturales –este proceso descrito se desarrolla principalmente, a través de los medios de comunicación que son también contralados por los grupos de poder-; siendo que en los diversos países del mundo, se  presenta como una constante en que solo un porcentaje muy pequeño se beneficia de los réditos y privilegios que otorga el capital, NO ESTANDO DISPUESTOS A COMPARTIR CON LAS MAYORIAS; en tanto que millones de personas se encuentran relegadas. Este contexto socio-económico ha determinado que en nuestra sociedad actual, se establezcan determinados “paradigmas” como las directrices que orientan y dirigen las vidas de los seres humanos y que están representados por una excesiva “acumulación de riquezas materiales”, alentados por un voraz “consumismo” que sirve casi siempre para satisfacer egocentrismos y obtener placares banales, que nos ha llevado a un estado de grave degeneración de la humanidad actualmente, que se ve traducida en los grandes problemas que nos aquejan desde la contaminación del planeta, pasando por el uso inadecuado de la sexualidad y la crisis de la familia, que se está atravesando hoy en día, precisamente por la ausencia de valores que propugna el “Sistema”. Ello trae como consecuencia letal que tanto los de arriba de la pirámide socio-económica en su carrera desenfrenada de tener y ganar dinero más, como los de abajo en su deseo de supervivencia y mejoramiento en su calidad de vida en términos materialistas –alentados por sentimientos de odio y envidia hacia los adinerados que les genera la frustración por la exclusión que son víctimas-, infringen cada vez con mayor frecuencia e intensidad las normas afectando los derechos intereses de sus congéneres, traduciéndose una gran cantidad de actos ilícitos, muchos de ellos de carácter violento, en donde debemos englobar no solo a los ataques de un ser humano a otro sino también aquellas agresiones que viene sufriendo nuestro planeta.

 Esta perturbación en el ámbito económico, también tiene sus implicancias en el ámbito político, en donde los gobernantes, forman parte de estos grupos de poder o son financiados por estos para llegar al poder, por lo que al proceder a crear la normatividad que conforma nuestro ordenamiento jurídico incentivan las desigualdades entre las clases sociales, convirtiéndose el Estado en el protector de los intereses de los grupos dominantes quienes presionan e imponen su influencia para utilizar el poder sancionador  del Estado en contra de los que consideren una amenaza al mantenimiento de su status quo –representando principalmente por sus privilegios económicos-; teniendo como principal aliado a los “medios de comunicación masivos”, quienes desde hace mucho tiempo vienen desplegando una estratega de manipulación y degradación mental que por una parte ha acrecentado desmedidamente la sensación de “inseguridad ciudadana” que genera sentimientos muy negativos en los seres humanos como el miedo, el odio, la desconfianza, la indiferencia pero sobre todo la “división” entre la humanidad, sumergiéndonos en un mar de dolor y muerte que nos impide recordar y recuperar nuestra verdadera esencial original y el poderío del cual venimos dotados desde la PRE EXISTENCIA, obstaculizando además nuestro proceso de ascensión que es fundamental realizarlo en este tiempo de profundos y grandes cambios que estamos viviendo, que justamente está siendo detenido por este PODER OSCURO que domina al mundo entero y del cual nuestros gobernantes y principales autoridades son disciplinados agentes ejecutores de sus directivas, los mismos que  pueden crear fenómenos tan nocivos y peligrosos como el “populismo penal”, caracterizado principalmente y casi en forma exclusiva por la “represión” –representando principalmente por el aumento de las penas y creación de nuevos delitos-, que generalmente tiene como principales destinatarios aquellas personas que pertenecen a las clases populares que son las menos favorecidas de los beneficios del sistema.

Ante esta compleja y difícil problemática en la que nos encontramos, es necesario resaltar que cualquier programa o propuesta que se elabore para afrontar el tema de la violencia y la criminalidad, tiene que partir por reconocer que se trata de un problema que no se puede solucionar solamente desde una perspectiva jurídica que se traduzcan solamente en normas de esta índole. En conexidad con ello también es necesario reconocer que el “CONTROL SOCIAL FORMAL” que realiza el Estado a través de sus instituciones es limitado y tampoco no puede solucionar esta problemática; por lo que es necesario que todos los hombres y mujeres asumamos un rol activo para afrontar este difícil momento que atravesamos y entendamos que dentro de nosotros y en unidad con los demás se puede encontrar las soluciones a nuestros problemas y pensar por ejemplo en un accionar en la esfera extra estatal, por medio de mecanismos de CONTROL SOCIAL INFORMAL en ámbitos tan importantes como la “familia” y la “escuela”, que son necesarios revalorizar y reforzar. Pero sobre todo es necesario comprender en primer término que es fundamental un “nuevo modelo de sociedad” que se rija por “PARADIGMAS TOTALMENTE DIFERENTES A LOS ACTUALES” reemplazándolos por otros nuevos de un corte ecólogo-humanista, teniendo como piedra angular el principio universal de “PRESERVACIÓN Y CONTINUIDAD DE LA VIDA”, que sirva de base a los valores rectores que son necesarios rescatar como el “amor”, “la armonía”,  la “paz” y la “solidaridad”, que deben inspirar a nuestro nueva sociedad y que dan paso a los nuevos paradigmas que deben estar representados por “ACUMULACIÓN DE CONOCIMIENTO Y SABIDURIA” en lugar de riqueza patrimonial y pasar de un consumismo material a un “CONSUMISMO DE CIENCIA, ESPIRITUALIDAD Y CULTURA”. Teniendo en cuenta que para esta radical y profunda transformación que necesitamos realizar, es fundamental e imprescindible enfocarnos en el “SER HUMANO”, como centro principal de atención, siendo necesario la realización de una limpieza de la gran cantidad de basura mental que nos han ido acumulando a largo de todas nuestras vidas, que permita un cambio de pensamiento orientado hacia estos nuevos paradigmas verdaderamente humanos que postulamos, que se traduzcan en actos en favor de la vida  y estén dirigidos a una convivencia pacífica consigo mismo, con su familia, su entorno social y con la naturaleza. Lo cual va ser posible en la medida que nuestro pensar, sentir y actuar esté direccionado por esa valiosa y poderosa herramienta intelectiva con la que contamos los seres humanos como es la “CONSCIENCIA”, que es el motor y el elemento catalizador de ese cambio de mente y pensamiento en los seres humanos que tanto necesitamos.


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