Por Fiorella Sánchez L.
En los últimos años, el tema del calentamiento global y la
idea de un mundo que poco a poco se consume frente a nuestras ansias de
comérnoslo, se ha convertido en toda una movida social, existencial y hasta
política, cosa que, aunque parezca bonita por fuera trae más implicaciones
negativas de las que pensamos. Y es que hay un algo profundo que nos une a este
movimiento protector, un algo aprovechado por muchos para saciar sus propias
expectativas, apartándonos de la real y
delicada situación en que vivimos.
No es novedad que todos percibimos un aumento de la contaminación, de la destrucción de los ecosistemas, de la extracción abusiva e
irracional de nuestros recursos y del concepto real o imaginario del
calentamiento global (existe la teoría de que es puro cuento[1]),
el problema radica en el desconocimiento de otros puntos menos perceptibles,
pero de tanta o más importancia que los acotados anteriormente.
Así pues no se está tomando en cuenta el verdadero trasfondo
del asunto, mostrándonos solo el bombardeo
mediático que liga a “la movida verde” con actividades destinadas a “ayudar” al planeta
de forma muy comodona, haciendo pensar a muchos que “han contribuido con su
parte”, sin considerar, en primer lugar , que cuidar el planeta no solo significa
cuidar las plantas y animales y recursos no renovables, sino también cuidarnos
unos a los otros y sobretodo aprender a cuidarnos a nosotros mismos.
Infinidad de iniciativas como limpiar playas, sembrar
árboles, organizar bicicleteadas, donar dinero para salvar animales en peligros de extinción,
etc., han perdido su verdadero valor al ser utilizadas de forma indistinta por personas naturales o jurídicas que lo único
que buscan es beneficiar su imagen con acciones ínfimas e incluso acciones que
solo figuran en un papel.
Y que quede claro que
no menosprecio ninguna de estas actividades, ni el valor
que puede llegar a tener dirigidas a hacia un plan con objetivos específicos (incluso
nosotros hemos echado mano de algunas actividades en nuestra asociación); lo
que realmente me indigna es que se siga pensando que un “movimiento ecológico”
va a salvar al mundo… ¿salvarlo de qué?, si el planeta ha sobrevivido ya a circunstancias extremas durante millones de años y sin nuestra ayuda. ¿Salvarlo
de qué? ¿De nosotros? Es una idea absurda.
El planeta no está en peligro, quiénes realmente lo estamos
somos los mismos seres humanos, que con nuestro accionar indiferente e inconsciente
seguimos cortando posibilidades de sobrevivir y de desarrollar nuestra existencia
y capacidades a plenitud.
Entonces la movida verde es
otra forma más de hipocresía, banalidad, mentira, hasta que no se vea acompañada
de un cambio real, profundo e interno en cada uno de nosotros, que nos permita comprender que somos una unidad,
un solo ser, un planeta y que la
directriz más sencilla para aplicar este concepto son las sabias palabras del hombre
que cambio nuestra historia:" Ama a tu prójimo como a ti mismo"…. Así sea
[1] "La
gran estafa del Calentamiento Global"- Documental, producido y emitido por
el Canal 4 en Gran Bretaña en 2007. Documental respaldado por eminentes
científicos que critican el aceptado consenso de que el cambio climático está
causado por el hombre.