viernes, 12 de octubre de 2012

De 1492 hasta hoy, la historia que no se cuenta



Este es un artículo que encontré en  la red , que me pareció muy acertado y completo , aunque desconocemos quién es el autor de este artículo , estamos desde ya agradecidos  por contar la historia forma más completa y coherente.




Antes que nada aclarar que "Día de la Raza" es el nombre que reciben en la mayoría de los países hispanoamericanos las fiestas del 12 de octubre en conmemoración del avistamiento de  por el marinero Rodrigo de Triana en 1492, luego de haber navegado más de dos meses al mando de Cristóbal Colón a lo que posteriormente se denominaría América. 

La denominación fue creada por el ex-ministro español Faustino Rodríguez-San Pedro, como Presidente de la Unión Ibero-Americana, que en 1913 pensó en una celebración que uniese a España e Iberoamérica, eligiendo para ello el día 12 de octubre. 

La fecha marca el nacimiento de una nueva identidad producto del encuentro y fusión de los pueblos originarios del continente americano y los colonizadores españoles. 

Argentina: El Día de la Raza fue establecido en la Argentina en 1917 por decreto del presidente Hipólito Yrigoyen, como reafirmación de la identidad hispanoamericana frente a los Estados Unidos y la Doctrina Monroe. En la Argentina existe desde 2007 un proyecto de decreto. 
Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), organismo estatal, de modificar el nombre de Día de la Raza por Día de la Diversidad Cultural Americana en Argentina. En septiembre de 2010 el Poder Ejecutivo Nacional envió al Congreso un proyecto de ley en ese sentido. 

¿ “Descubrimiento” o genocidio? 

Nos hemos acostumbrado a escuchar y ver siempre una sola versión de la historia y de los acontecimientos sociales, generalmente utilizamos los argumentos que nos dan los grandes medios de comunicación o los libros autorizados sobre la historia y consideramos que estos nos cuentan objetivamente la verdad de lo que ha pasado o de lo que está pasando. Ni siquiera cuestionamos su validez pues no creemos que puedan mentirnos. Pero realmente, la versión “oficial” o la versión que maneja la mayoría moldeada por los medios de comunicación sobre la historia y acontecimientos actuales, no siempre —y generalmente no— es verdad, pues está condicionada por quienes manejan la opinión pública y les conviene presentar los hechos de una determinada manera. 

La utilización del lenguaje es muy importante para presentar los hechos distorsionadamente: el empleo de ciertas palabras ocultan de manera consciente —para algunos a veces inconsciente— la verdadera esencia de los fenómenos sociales. 

Por ejemplo, es común que por todo el mundo americano, incluido por su puesto nuestro país, le demos al 12 de octubre de cada año el nombre de: día del descubrimiento de América. Ninguna persona que haya pasado por un cierto grado de escolaridad o que sencillamente se interese un poco por los hechos históricos pone en tela de juicio que el 12 de octubre es el día del descubrimiento de América. Pero, esa palabra: descubrimiento, nos oculta sin mayores esfuerzos lo que realmente significó la llegada de los españoles y europeos al continente americano. 

Veámoslo: en primer lugar, ¿qué es descubrir? ¿Podemos descubrir lo que ya les pertenece a otros y, por tanto, hacerlo nuestro? El ladrón que asalta a una persona y le despoja de sus pertenencias, digamos de su billetera, puede decir: ¡descubrí esta billetera!!? No, realmente nadie que haya visto el acto se convencería, todos sabrían que es un vil robo, asalto, hurto. Descubrir es encontrar algo que no ha sido de nadie, que no le pertenece a nadie. Colón y sus conquistadores llegaron a tierras desconocidas para ellos —igual que el ladrón desconoce el contenido de la billetera de su víctima— pero encontraron pueblos enteros que habitaban estas tierras desde hacia miles de años, con una cultura y una vida propias. Esos pueblos conocían el lugar, lo habían recorrido, habitado, sembrado, construido. Les pertenecía, sus antepasados habían llegado desde hacía 20.000 mil años a poblar estas tierras y habían construido civilizaciones completas. 

Los conquistadores desecharon todo eso y bajo la idea de que ellos habían “descubierto” un nuevo mundo consideraron que podían tomar posesión sobre estas tierras. Apenas pisaron tierra firme después de casi tres meses en altamar, en nombre de su Dios, clavaron una cruz y, se proclamaron dueños y señores de lo que estaban viendo sus ojos. Y esta proclamación les sirvió de justificación para tomar a su antojo las riquezas naturales y humanas de las tierras encontradas: en tan sólo dos años después de la llegada de los europeos a tierras americanas, los hermanos Colón habían saqueado las riquezas, principalmente el oro, que encontraron en la isla a la que llegaron (lo que hoy es República Dominicana y Haiti) y acabaron con más de la mitad de la población indígena ya fuese por la esclavización, el hambre a que fueron sometidos, las enfermedades extrañas o las torturas que recibieron para que fueran entregadas todas sus pertenencias. Se estima que 125.000 a medio millón de indígenas fueron asesinados o se suicidaron a consecuencia de los malos tratos de los españoles en esos primeros dos años. 

Así que cuando nos referimos a este hecho histórico con el nombre: “Descubrimiento”, estamos ocultado la verdadera historia y su verdadero sentido. Más bien, debemos decir, como lo expresa el historiador Hans Koning, “el año 1492 abrió una era de genocidio, crueldad y esclavitud en escala mayor que lo que nunca antes se había visto”. Este hecho histórico fue un acto conciente de destrucción y muerte de los pueblos americanos por parte de los europeos y fue un hecho sin precedentes no por la valentía, osadía y sacrificio de los españoles, incluido Colón, como nos lo han hecho creer, sino porque marcó el inicio de las grandes guerras de conquista, dominio y saqueo de países poderosos contra los pueblos a los que se les considera “salvajes” o “atrasados”, y que continúa hasta hoy. 

CIVILIZACIÓN VS. SALVAJISMO: un pretexto de ayer. 

Para justificar la gran masacre y devastación que propiciaron los europeos en el continente americano se utilizó el pretexto de que estos habían luchado por traer la civilización y acabar con el salvajismo y la barbarie que supuestamente se vivía en estas tierras. 

Una expresión que es común escuchar a quienes defienden el genocidio suscitado en América por parte de los europeos durante los siglos de conquista y colonización es: “Los europeos civilizaron estas tierras, lucharon contra el salvajismo y trajeron el progreso”. Contraponen Civilización con Salvajismo haciendo parecer que lo primero es de por sí ciencia, razón, bienestar para todos, SUPERIORIDAD; mientras que Salvajismo significa atrasado, ignorancia, animalidad, peligro para la humanidad, INFERIORIDAD. Dicen: Si los habitantes originarios de América eran salvajes, por tanto inferiores había toda la justificación para dominarlos. 

Pero, civilización no siempre significa bienestar y progreso. Por lo menos, no siempre significa bienestar y progreso para la inmensa mayoría. Echemos un vistazo general a la sociedad europea “civilizada” de mitad del siglo XV, momento en el cual los europeos llegaron a nuevas tierras . 

“El oro es excelentísimo, quien lo posea puede hacer lo que quiera en el mundo” Cristóbal Colón 

En el siglo XV Europa se encontraba sumida en la más profunda oscuridad. Cientos de campesinos hambrientos morían por doquier. La ignorancia, el hambre y desamparado abarcaba al 98% de la población, mientras que un solo 2%, se encontraba en una situación privilegiada. Toda Europa estaba invadida por el ansia de oro y riquezas. Pero, particularmente España, estaba sumida en la más grave crisis económica y social y requería urgentemente oro, la “moneda fuerte” del momento, para mantener su sistema en naufragio. 

La empresa de Colón aprobada por la reina Isabel para encontrar otra ruta de comercio hacia las Indias, fue la última ficha que se jugó el reinado decadente español para salvar su economía. La ruta que llevaba al oriente por el Mar Mediterráneo estaba controlada por los musulmanes quienes cobraban altos impuestos y además, por allí, los barcos eran asaltados por piratas; la otra ruta, que llevaba al oriente rodeando la costa africana para dar la vuelta en el cabo de Buena Esperanza hacia el oriente, estaba controlada por los portugueses. La orden explícita de la Reina Isabel para aprobar la excursión de Colón fue: “descubrir y adquirir”, en sus propias palabras Colón debía volver con “perlas, piedras preciosas, oro, plata, especias y otras cosas y mercaderías de cualesquiera clase, nombre o descripción que sea”. Con ese propósito de conseguir riquezas a costa de lo que fuera, partió Colón no sin antes haber exigido “un décimo de todas las riquezas que llegarían desde Asia por la nueva ruta, traídas no sólo por él sino por cualquier otro, y no sólo por un periodo específico sino para siempre, para él y sus herederos. También quería que se lo hiciera noble, recibir los títulos de “Virrey” y “Almirante del Mar Océano” y otros honores y ventajas de alcance similar”. 

Así que, la sociedad civilizada de la que tanto habla la historia y que justifica la dominación de los europeos contra los indígenas era la civilización de la decadencia feudal española y del naciente capitalismo europeo que buscaba expandirse “como los tentáculos de un pulpo” por todo el mundo y en la que una inmensa mayoría se encontraba sumida en la ignorancia, hambre, crueldad y oscuridad, mientras que solo unos cuantos gozaban de lujos y riquezas. 
¿Un continente vacío? 

Ahora veamos, la otra parte: ¿qué “salvajes” encontró Colón, que no merecía siquiera reconocer que la tierra estaba ya habitada? 

“Ellos aquí trajeron sus fúsiles repletos de pólvora, ellos encontraron aquí un pueblo que cantaba, un pueblo por amor y por deber reunido...”Pablo Neruda, Canto General 

Cuando Colón y sus acompañantes pisaron tierra, desesperados por encontrar riquezas para llevar a los Reyes Católicos, asumieron que la tierra que pisaban estaba “vacía”, aunque los habitantes de estas tierras los recibieron con hospitalidad y les agasajaron brindándoles ofrendas, desde el primer momento la visión de los invasores fue no considerarlos como seres humanos. La tierra según sus propias declaraciones, estaba lista para la conquista y el asentamiento de los europeos. Despreciaron que los seres humanos que encontraron tenían una cultura propia y eran sociedades que habían desarrollado el conocimiento de la astronomía, la agricultura, la medicina, etc. 

Escuchemos a Mike Ely, historiador norteamericano: 

“En 1492 en lo que ahora llamamos como América vivían de 75 a 100 millones de personas, posiblemente dos veces más que en Europa. El continente estaba lleno de antiguas y complejas culturas...habían 2200 idiomas (más que en Europa y Asia combinados). 

Incluso las tribus que se consideraban más primitivas tenían culturas comunales y usaban de modo ingenioso los recursos naturales. Apenas un ejemplo. Los indígenas de Sudamérica fueron los primeros en procesar el caucho para hacer botellas de agua, zapatos y tubos. También tenían profundos conocimientos de drogas como la ipecacuana, el curare, la quinina y muchas que la cultura occidental no aprendió a usar. 

Además, los pueblos indígenas eran “civilizados” incluso de acuerdo a los criterios de los europeos. Por lo menos cuatro grandes culturas comenzaban a tener ciudades y una sociedad de clases: los incas, los aztecas, los mayas y los misisipianos. 

Mientras que en Europa miles de personas morían debido a hambrunas, en estas tierras la producción de alimentos y objetos materiales abastecía sobradamente las necesidades de los pueblos que las habitaban. 
En Europa la Inquisición no había dejado desarrollar la ciencia y se desconocía la causa de muchas enfermedades y su cura, en estas tierras, había un conocimiento de las causas de algunas enfermedades y la utilización de diferentes plantas y otros elementos para su tratamiento. 
En Europa, a las mujeres se les consideraba como un bien inmueble más y un objeto de placer para los hombres; en estas tierras, en algunas comunidades, especialmente del amazonas, las mujeres aún gozaban de respecto y autoridad, jugaban un papel de lideres dentro de la comunidad. 
Mientras que miles de científicos en Europa morían en la hoguera por sus experimentos de astronomía, los aztecas y mayas, habían desarrollado la astronomía y tenían calendarios con una precisión mayor al calendario Juliano utilizado en esa misma época en Europa. 

La Hecatombe 

“Ya roban, ya muerden, ya matan, los carniceros desolaron las islas...” 

Pablo Neruda, Canto General 

Como ya lo mencionamos, a la llegada de los conquistadores los indígenas los recibieron con hospitalidad, como lo anota el propio Colón en su diario: “Nos trajeron loros y bolas de algodón y lanzas y muchas otras cosas más que cambiaron por cuentas y cascabeles de halcón. No tuvieron ningún inconveniente en darnos todo lo que poseían ...” 

Los españoles contestaron a este homenaje con el típico pensamiento del dominador, continúa Colón: 

“Serían unos criados magníficos...Con cincuenta hombres los subyugaríamos a todos y con ellos haríamos lo que quisiéramos.” 

Esta actitud tanto de los indígenas como de los españoles se repitió en muchas partes del continente donde llegaron. Cuentan que: “Cuando Cortes llega a México es revestido con los adornos del dios. Al arribar a Tecnochtitlán, Motecuhzoma le cede su gran casa tribal para que se aloje y comparte con él y con sus hombres la gran cena común. La hospitalidad de los aborígenes se manifiesta en todo su valor. Poco después Motecuhzoma va a visitar a sus huéspedes y estos lo toman prisionero”. También Pizarro, el criador de puercos y uno de los más crueles conquistadores “es recibido con honores en el territorio de los incas. El inca Umanta Cuchun lo acoge sin reticencias. Cuando se sabe que desea metales preciosos, estos les son ofrecidos en abundancia. Pero Pizarro lo quiere todo. Captura a Atahualpa y lo somete al tormento, le da muerte en el potro y le ordena cortarle la cabeza, mientras ve subir el nivel del oro y la plata en los muros de piedra de sus habitaciones”. 

¿Qué puede explicar estas dos actitudes tan distintas? No es como lo han afirmado algunos: “los indígenas eran ignorantes y tontos y los españoles supieron aprovechar esta condición”. No. Más bien lo puede explicar el hecho mencionado anteriormente, las sociedades aborígenes aún no tenían un concepto de la propiedad privada y del enriquecimiento personal a toda costa, pues solamente en los grandes imperios Azteca, Inca, Maya, había una incipiente división de clases, en el resto de comunidades subsistía la propiedad común sobre la tierra. Esta visión, que sí era la del español, era producto del tipo de sociedad de la que venían, una sociedad de clases, dominada por la Iglesia y la avaricia, en la que las riquezas que se poseían determinaban la vida de los miembros de la sociedad y de las futuras generaciones, y donde el mercantilismo, estaba en pleno apogeo con su criterio: “oro a toda costa”. 

El ansía de oro y riquezas llevó a los conquistadores a despoblar en pocos años las islas y luego el continente llamado América. Inicialmente Colón se embarcó de nuevo para España con indígenas que fueron apresados para ser mostrados ante los reyes de España como parte de los tesoros encontrados. Regresó en su segundo viaje con 17 naves y más de 1200 hombres, su objetivo: conseguir la fuente del oro y esclavos que pudieran venderse en Europa. Se cuenta que en 1495 hicieron una expedición al interior en busca de oro y esclavos. Con ayuda de los perros de cacería traídos en este segundo viaje, atraparon a más de 1500 hombres, mujeres y niños quienes fueron encerrados en corrales como animales. Escogieron los “mejores 500 especimenes” y los embarcaron para España, a donde llegaron solamente 300 pues el resto murió en el viaje. Las enfermedades que adquirían los indígenas y que los llevaban a la muerte, fue un factor que le impidió a Colón que siguiera desarrollando el comercio de esclavos hacia Europa. 

Colón desesperado por conseguir grandes dividendos para pagar las deudas que había adquirido hasta ese momento, estableció un sistema criminal para sacarles el oro a los indígenas, cuenta el historiador Konning que: 

“En la provincia de Ciabo (la de los imaginarios campos de oro), todo hombre y mujer, todo muchacho o muchacha de catorce años o más, debía recoger oro para los españoles. Como medida, los españoles utilizaban esos mismos cascabeles miserables, esas pequeñas baratijas que habían dado con tanta liberalidad cuando vinieron por primera vez “como llegados del cielo”. Cada tres meses, todos los indios tenían que traer a uno de los fuertes un cascabel lleno de polvo de oro. Los jefes debían llevar alrededor de diez veces dicha cantidad. En las otras provincias de La Española, veinticinco libras de algodón hilado reemplazaban al oro. 

Se fabricaban distintivos de cobre y cuando un indio había traído su tributo hasta una plaza fuerte, él o ella recibían dicho distintivo, en el cual estaba grabado el mes, para que se lo colgara alrededor del cuello. Con él estaban a salvo por otros tres meses mientras seguían recolectando más oro. A quienquiera que se le encontraba sin el distintivo, se le mataba cortándole las manos. 

No había campos de oro y una vez que los indios les entregaron lo que todavía les quedaba en sus ornamentos de oro, su única esperanza era trabajar todo el día en los arroyos, lavando polvo de oro de los guijarros. Era una tarea imposible, pero los indios que intentaban huir de las montañas eran sistemáticamente cazados por perros y muertos para que sirviera como ejemplo y los otros siguieran intentándolo. 

Fue en esa época en que comenzaron los suicidios masivos: los arawaks se mataban con veneno de mandioca.” 

Solo llegar los españoles comenzaron a practicar las torturas para que los indígenas entregaran sus pertenencias. Cuenta Fray Bartolomé de las Casas: 

“Entre infinitas maldades que el gobernador hizo e consistió hacer el tiempo que gobernó fue que, dándole un cacique o señor, de su voluntad o por miedo ( como más es verdad) , nueve mil castellanos, no contentos con esto prendieron al dicho señor e átanlo a un palo sentado en el suelo, y extendidos los pies pónenle fuego a ellos porque diese más oro, y él envió a su casa e trajeron otros tres mil castellanos; tórnanle a dar tormentos, y él no dando más oro porque no lo tenía, o porque no lo quería dar, tuviéronle de aquella manera hasta que los tuétanos le saltaron por las plantas e así murió. y destas fueron infinitas veces las que a señores mataron y atormentaron por sacarles oro” . 

En otro pasaje cuenta: 

“La costumbre de nuestro capitán y compañía era dar tormentos a los indios que prendían, para que describiesen los pueblos de los señores que más oro tenían, y mayor abundancia de comida. Iban de noche a dar sobre ellos a fuego y sangre . 

“Y otra cosa no han hecho de cuarenta años a esta parte y hoy en este día no hacen sino despedazarlos, matarlos, angustiarlos, afligirlos, atormentarlos, destruirlos por las entrañas, y nuevas y varias y nunca otras tales vistas, ni leídas ni oídas maneras de crueldad.” 

Muchos pasajes históricos cuentan como los españoles encontraban como diversión amputar la nariz o manos de los indígenas para probar el filo de sus espadas. También era una diversión, que perduró hasta los años 30 del siglo XX en el Orinoco, la cacería de indígenas con perros y la violación masiva de mujeres indígenas. Un concejo que daban los españoles a los recién llegados de Europa es que al indio no se le podía dar con la espada por la cabeza pues por ser tan “cabeza dura” doblaban la espada, debía apuntársele al cuello para una muerte segura. 

Posteriormente en el continente, millones de indígenas a cargo de los encomenderos fueron enterrados vivos en los socavones de las minas de plata, segundo metal que ansiaban los españoles. Otros miles murieron en las hambrunas que comenzaron a azotar regiones enteras donde los europeos destruyeron toda la economía, sistemas de riego, y formas de producción autóctona. 

Cuando comenzó a disminuir la población indígena, los españoles se lamentaron, no por el genocidio cometido sino porque la mano de obra empezó a escasear. Así que comenzó, la cacería de hombres negros de África para convertirlos en esclavos, con el supuesto que estos eran más fuertes y aguantaban más el trabajo duro de las minas y de la naciente explotación de caña de azúcar en las islas del Caribe. 

CIVILIZACIÓN vs. TERRORISMO: pretexto de hoy 

Si bien el “descubrimiento” de América fue hace ya cientos de años, las guerras de saqueo y conquista de pueblos “poderosos” sobre pueblos más débiles siguen estando a la orden del día y han marcado la historia del mundo durante todo el siglo XX y lo que se ha alcanzado a vivir del siglo XXI. 

Hoy como ayer, las potencias agresoras encabezadas por EU, están utilizando el lenguaje para enmascarar sus verdaderas intenciones y ocultar sus crimines contra toda la humanidad. 

Así como hace cientos de años el verdadero propósito de los invasores europeos era saquear y apoderarse las riquezas de los pobladores americanos para expandir su dominio por el mundo entero, lo que esta detrás de esta nueva guerra declarada por EU al supuesto terrorismo mundial, es la necesidad de las clases gobernantes norteamericanas de reconfigurar el mundo conforme a sus intereses imperialistas. Entre estos intereses se encuentran: monopolizar las fuentes mundiales de petróleo, conservar la superioridad nuclear ante potenciales adversarios, tener entrada a los mercados globales y a vastas fuentes de materia prima, crear condiciones para explotar sin problema a cientos de millones de trabajadores por todo el mundo y aplastar a toda costa los levantamientos de protesta y resistencia de la gente por todos los rincones del planeta que amenazan su poderío. 
La resistencia la única tabla de salvación. 

Bueno espero haber aportado algo al conocimiento de este día que no es para celebrar, sino para pensar...

lunes, 8 de octubre de 2012

Aprovechando el feriado ....


No hay nada mejor que disfrutar del aire fresco y de la naturaleza para reconectarse con uno mismo y con nuestra madre Tierra. Este fin de semana nosotros optamos por recuperar ese esencia , muchas veces sumergida, en las labores cotidianas del día a día y decidimos viajar y visitar nuestra selva peruana.Creemos que cualquier pretexto es bueno para retornar a nuestros orígenes y honrar nuestros lazos con los elementos: el aire, la tierra, al agua y el fuego.

Nosotros seguiremos disfrutando de esta fantástica estadía entre los eucaliptos, la lluvia, el sol , el cielo limpio y azul y el aire puro y frío.

Esperamos que ustedes hayan disfrutado tanto su fin de semana como nosotros. ¡Nos vemos pronto!

miércoles, 3 de octubre de 2012

De la enfermedad, la muerte y otros demonios


 por Fiorella Sánchez Lapoint



Quiero comenzar haciendo un pequeño análisis de algunas cifras que maneja la OMS , esto obviamente hablando de aproximados porque es casi imposible que un organismo, cualquiera que sea, determine con certeza todo lo que sucede en cuanto al ámbito de salud en cada lugar y a cada instante. Hay muchísimas personas más… muchas más como usted o yo que apenas nos hemos enterado de que estamos padeciendo alguna enfermedad, a veces sin percatarnos.

De los 7 mil millones de habitantes en el mundo (cifra aproximada a finales del 2011):

·         Hay cerca de 1000 millones  de mal nutridos, en su mayoría habitantes de países pobres.

·         300 millones de adultos padecen de obesidad

·         750 millones personas padecen de sobrepeso.

·         Un tercio de la población mundial enferma por alimentos contaminados y cerca de dos millones mueren cada año por enfermedades relacionadas por ingestión de micro-organismos presentes en la comida

·         Cerca de 400 millones de personas sufren de enfermedades respiratorias crónicas.

·         17.5 millones de personas mueren por causa del cigarrillo

·         En 2008, 36 millones de personas murieron de una enfermedad crónica, de las cuales la mitad era de sexo femenino y el 29% era de menos de 60 años de edad. A diferencia de las muertes por enfermedades infecciosas –que disminuirían en un 3% hacia 2015- la mortalidad asociada a enfermedades crónicas, llegada esa fecha, aumentaría en un 17%.

·         Según un informe sobre la salud en el mundo del 2004, en el 2002 murieron 57 millones de personas en todo el mundo. De ellas, las enfermedades y causas de muerte más frecuentes son: cardiopatía isquémica, afecciones cerebrovascular, infecciones de las vías respiratorias inferiores, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, afecciones perinatales, enfermedades diarreicas. Cabe señalar que el VIH/Sida ocupa el cuarto lugar con 2.8 millones de fallecidos, así como la tuberculosis con 1.6 millones de muertes en un año.

Y si bien todas estas cifras pueden sonar pequeñas en relación al enorme número de habitantes en el planeta no podemos olvidar la alta tasa de mortalidad por accidentes, negligencias, violencia social, hambre, etc. Solo por dar un ejemplo , cerca de 1,3 millones de personas mueren cada año en accidentes de tráfico en todo el mundo.Podríamos decir, en tono de sorna, como diría uno de aquellos programas que pululan en nuestros medios que: “la muerte está en todas partes “. Sin embargo, pensémoslo un poco más, existen  enfermedades relativamente nuevas, muy antiguas (algunas sin cura hasta la actualidad), psicosomáticas, infecciosas, auto degenerativas, hereditarias, etc. , etc, como para regalar (y no, no siempre nos vienen las enfermedades de a gratis , algunos hasta pagan por ello) y uno podría preguntarse , lo primero que se me viene a la cabeza es  ¿porqué existen tantas enfermedades?  

 A partir de  esta podríamos plantear una infinidad de preguntas complementarias, que nos ayudarían a contestar esta primera, como: por qué hay una ola de cáncer, obesidad, diabetes,  sida o de pandemias progresivas y violentas, por qué con tanta tecnología existente aun persisten enfermedades tan antiguas como la peste o la lepra,  por qué las medicinas difieren tanto de precio entre un genérico y uno de laboratorio de marca, por qué si las enfermedades son psicosomáticas tratamos el cuerpo pero no nuestro pensamiento, por qué se ha descuidado tanto el aspecto de la salud mental (por lo menos en nuestro país), por qué  aún se usan fármacos que solo  acallan los síntomas, por qué tenemos una medicina orientada a crear una guerra en nuestro organismo que mata nuestras propias defensas  y muy pocos medicamentos que repotencien nuestro sistema de defensa , por qué investigaciones que llevaron a la cura del cáncer en pacientes terminales no se ha difundido , porqué René Quinton quedó en el olvido, por qué hay mercurio en las vacunas, porqué se confía tanto es este tipo de medicina alopática y se desprecia ( muchas veces)  las terapias alternativas; por qué , por qué , por qué ….. y podríamos quedarnos horas  preguntando, pero el artículo se haría demasiado extenso para contestar solo estas pocas. Además existe información de sobra disponible en medios como este. Lo realmente importante es entender la dimensión de la enfermedad y lo valioso de la  salud porque es un aspecto inherente, ¡vital! para nosotros.

Por otro lado, con respecto a la mortalidad causada por accidentes, negligencias, conflictos armados, violencia y criminalidad es necesario plantearse  si  nuestra naturaleza es inherentemente conflictiva, animal y si es inevitable que no seamos seres humanos íntegros, bondadosos o  capaces de convivir con nuestro entorno en paz.  Personalmente no lo creo, si así fuera  no tendríamos paradigmas de seres humanos grandiosos, valientes y maravillosos como Jesús, Gandhi, Buda y otros tantos que  han calado en nuestras vidas o en nuestra historia y nos hacen mantener la esperanza en una humanidad nueva, honesta, sana, ecuánime, lógica, bondadosa, capaz de supervivir en el planeta sin arrasarlo, una humanidad armoniosa, amorosa, dadivosa, consciente, muy viva y muy humana con la  humildad y la comprensión de sus errores y con la grandeza de asumirlos y de aprender de ellos con calma y tolerancia.

Solo queda decir, para finalizar, que  muchas de las enfermedades y causas de la mortalidad que nos aquejan son evitables y  reversibles e incluso  son avisos de ultima ratio indispensables  para cambiar nuestra vida.

Personas, movimientos  e incluso la ciencia ya  apuestan por la medicina alternativa, por una educación holística, por una restructuración  del  pensamiento más cercano a la espiritualidad y el amor y por  una vida que nos lleve a vivir en equilibrio con el universo; porque  la enfermedad  no es un reflejo de un cuerpo enfermo, así como el estado alarmante de nuestro planeta no es un reflejo del planeta en sí, sino que es un reflejo de nuestros pensamientos, de nuestro hablar, de nuestro accionar y de nuestra falta de acción.
Es hora de aceptar, de una vez por todas, que no vivimos aislados, que funcionamos todos como un perfecto engranaje interconectado con todos los demás seres de este planeta y  que la muerte por causa distinta a un ciclo de vida terminado y vivido a plenitud  es un evento dramático y doloroso  por no ser  natural.
La vida no puede  solo resumirse a nacer, crecer, reproducirse y morir sin saber cual fue la razón primigenia que dio origen a este ciclo que,  aunque interesante y pleno,  no es más que una herramienta para descubrirnos y encontrarnos en esta experiencia humana.