viernes, 23 de marzo de 2012

Sangamacocha- Cuento por el Día mundial del Agua

Con motivo de haberse celebrado el Día mundial del Agua este 22 de Marzo acá queremos dejarle un pequeño cuento inspirado en una de sus numerosas manifestaciones: una hermosa laguna ubicada en el distrito de San Pablo la cual posee esta leyenda fascinante:


Sangamacocha
(LEYENDA)
Autor : Pedro Giles Lobatón

              En el distrito de San Pablo contamos con lugares turísticos naturales muy hermosos  que no han sido cuidados por nuestras autoridades y moradores, por lo que se encuentran casi abandonados.
              Uno de esto hermosos lugares es la laguna “Sangamacocha” que se encuentra ubicada en  el caserío de Dos de Mayo y forma parte de un conjunto de tres lagunas muy cercanas una de otra, estas son: Sangamacocha, Chaupicocha y Situllicocha.
               Cuentan los antiguos moradores de San Pablo, que son descendientes del pueblo de Lamas, que esta laguna está encantada y que tiene una “madre”, es decir, que existe una fuerza sobrenatural que impide que esta laguna se pueda secar.
               Hace muchísimos años, antes que se poblara el distrito de San Pablo, algunos cazadores del pueblo de Lamas , con el afán de conseguir carne y piel de animales silvestres, venían hasta las montañas de San Pablo, donde abundaban los sajinos, añujes, sachavacas , picuros y otros animales muy requeridos por su deliciosa crane.de tal manera que grupos de montaraces, acompañados de sus perros cazadores llegaban hasta estas ricas tierras , hacían un pequeño tambo que les sirva de refugio y recorrían los enmarañados bosques, en busca de la preciada sacha-aycha  (carne del monte)
             Fue así, que un día, un padre acompañado de sus dos jóvenes hijos, a quienes se les recuerda como los Sangama, llegaron hasta la montaña de lo que hoy es el caserío de Dos de Mayo.
            Sus perros cazadores eran muy apreciados, pues eran los mejores y no dejaban escapar presa alguna. Eran tres: uno era sajinero, el otro era venadero y el otro picurero.
            Como sabrás el montarás, sale a cazar de día y de noche, pero preferentemente lo hace por las noches. Y así fue que a la tercera noche de un intenso verano, cuando estaban preparando sus cargas con suficiente carne para regresar escucharon ladrar a uno de los perros, inmediatamente escucharon el ladrido del sajinero.
-       Ja… ya creo ha olido sajino ese majadero – dijo el hermano menor.
El hijo mayor pensando en la rica carne del sajino preparó su retrocarga y les dijo:
-       Este sajino no se nos va a escapar. Vamos a rodearlo.
       El padre, un hombre de mucha experiencia y que había recorrido las montañas de Moyobamba, Rioja y hasta Yurimaguas, con la sabiduría de sus años les dijo:
-       Hijos ya hemos cazado suficiente, por ambiciosos podemos caer en la trampa del demonio, que a veces aparece convertido en cualquier animal y te lleva a perder en el monte.
        Los jóvenes impetuosos y con el deseo de demostrar a su padre que no le tenían miedo a la montaña, insistieron y convencieron a su padre. Encendieron sus mapachos, cogieron sus linternas y emprendieron la persecución.
        Los ladridos se escuchaban cercanos, como si el sajino se hubiera detenido en un agujero, cuando estuvieron muy cerca de la presa, ésta salió de su escondite y emprendió veloz carrera perseguido por los perros. La ruta era una trocha que servía de camino a una manada de huanganas; lo sabían por las huellas que había en la tierra. La luna estaba en todo su esplendor, por lo que podían seguir los rastros con facilidad.
     De pronto divisaron un resplandor, como si cerca de allí un gran espejo reflejara la luz de la luna . un extraño miedo se apoderó de ellos, pero chuparon con más fuerza sus mapachos, tomaron valor y continuaron la persecución.
        Los ladridos cesaron en el lugar de donde venía el resplandor. Cuando llegaron al final de la trocha, se encontraron con una hermosa laguna de aguas cristalinas, que reflejaba la luz de la luna con gran intensidad. Se miraron sorprendidos y maravillados de haber descubierto un lugar tan hermoso, donde a la luz de la luna, las shapajas y situllis reflejaban sus colores en las tranquilas aguas.
         El verano había mermado la laguna, por lo que se había formado una delgada playa, hasta donde bajaron los Sangama y pudieron ver a un sajino que trataba de de nadar desesperado, huyendo de los perros, que lo tenían cercado en el agua.
          El padre y sus hijos muy cautelosamente ingresaron a las tibias aguas de la laguna y empezaron a rodear al indefenso animal, que a unos metros de la orilla vio echada su suerte  y sólo esperaba ser capturado por sus perseguidores.

           Preparados estaban con los machetes para dar el golpe mortal, cuando de pronto la noche se oscureció. Aparecieron dos enormes nubes que cubrieron la luna y resonaron fuertes truenos, acompañados de relámpagos que parecían caer en la laguna. Una fuerte lluvia empezó a golpear sus rostros y mojar totalmente sus ropas.
          Comprendiendo que se trataba de algo sobrenatural, intentaron salir de las aguas, pero recién se dieron cuenta que estaban hundidos hasta las rodillas en un espeso barro, que les impedía moverse con rapidez.
          Las aguas empezaron a subir su nivel  y la lluvia era cada vez más intensa. Los perros desaparecieron junto con el sajino, el agua de la laguna siguió aumentando, hasta cubrir totalmente a los Sangama.
          Aunque eran buenos nadadores, nada pudieron hacer, pues el barro los tenía atrapados. De esta manera desaparecieron en las profundidades de la laguna.
          Un tiempo después un grupo de cazadores que salieron en busca de los Sangama, encontraron el “chumbi” (ceñidor de pantalón)  del padre en la orilla de la laguna.
            Cuando años más tarde otros lamistas llegaron a colonizar estas montañas, al conocer la historia de los Sangama, bautizaron a la laguna con el nombre de “SANGAMACOCHA”.
            Así que amigos cuando lleguen a San Pablo no se olviden de visitar la misteriosa laguna “Sangamacocha”.
FIN

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